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La disputa legal pone en riesgo el legado de la discoteca «El Callejón del Gato» de la cantante colombiana Karol G, reconocida por su impacto global en la música urbana y que ha dado un paso significativo en el mundo empresarial con la apertura de tres nuevos establecimientos en Medellín. Entre ellos destaca la discoteca «El Callejón del Gato», que ha desatado una intensa disputa legal con los antiguos propietarios de este emblemático nombre en la ciudad.
Según Mauricio Quevedo, quien asegura ser el dueño original del nombre desde 1995, la marca ha sido utilizada de forma continua en eventos y actividades musicales, incluso después del cierre del bar original. Este conflicto legal podría obligar a Karol G a modificar el nombre del establecimiento o negociar una licencia de uso.
«Este nombre es parte del patrimonio cultural de Medellín, y queremos proteger su legado», afirmó Quevedo, quien junto a su equipo legal presentó pruebas documentales de uso continuo.
Nacida como Carolina Giraldo Navarro en Medellín, Karol G ha conquistado el mundo con su talento y autenticidad. Desde sus primeros éxitos como Ahora Me Llama hasta álbumes icónicos como KG0516, la artista ha demostrado su capacidad de reinventarse y liderar tendencias. Su estilo combina reguetón, trap y pop, logrando conectar con millones de seguidores alrededor del globo.
Más allá de su música, Karol G es un símbolo de empoderamiento femenino. Su personalidad carismática y su autenticidad han hecho de ella una de las figuras más influyentes del entretenimiento. Ahora, su incursión en el mundo de los negocios refleja su ambición y compromiso con su ciudad natal.
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El conflicto se centra en el registro del nombre ante la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC). Aunque Karol G presentó su solicitud en abril de 2023, los Quevedo, antiguos propietarios, lo hicieron en julio del mismo año. Sin embargo, alegan que el uso previo del nombre debería prevalecer.
«El orden de registro es importante, pero el uso histórico también juega un rol crucial en este tipo de disputas,» explicó Ángela Amaya, experta en propiedad intelectual.
De no resolverse el caso a su favor, Karol G podría enfrentarse a la necesidad de cambiar el nombre de la discoteca o incluso a demandas por infracción marcaria. Este desenlace podría impactar tanto la reputación de su negocio como su imagen pública.
La disputa legal no solo pone en riesgo el nombre de «El Callejón del Gato», sino que también representa un choque entre el pasado cultural de Medellín y el futuro que Karol G busca construir. Para los seguidores de la cantante, esta situación genera expectativa sobre cómo manejará este reto fuera de los escenarios.
«El Callejón del Gato» podría ser un caso emblemático sobre el equilibrio entre innovación empresarial y respeto por el legado cultural.
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